Érase un pollito muy chiquitito a quien no gustaba ni pizca la miel.
Vino al mundo siendo ya huérfano, y dijo:
-¡Mi padre ha muerto de hambre, y el rey le debía un grano de maíz!
Descolgó el zurrón de su difunto padre y, anda que te anda, partió a cobrar aquella deuda.
Apenas había andado media docena de pasos, cuando encontró en el camino un palo que le hizo tropezar y caer.
link al texto completo cuento africano.
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